jueves, 7 de marzo de 2019

La pasarela del Metro (toca en castellán)


Ese Metro de Madrid
sirve hoy de pasarela,
desfila el más infeliz,
el creído y la más lela.

Con Ghlain Klain, el hortera,
con un cierto disimulo,
se deja la raja afuera
y nos va enseñando el culo.

Por lucir su calzoncillo,
se muestra cual esperpento,
lo compró en un baratillo,
mas presume tan contento.

Satisfecho del señuelo
y sin que apenas se note,
se lo brinda con gran celo
a la del abierto escote.

Que también airea el tanga
de ropa interior el reto
que aunque sea una pendanga
merece todo respeto.

Esta práctica foránea,
por costumbre hay que aceptarla,
en la línea subterránea
o en el tranvía de Parla.

Tradiciones que enriquecen,
dice el progre que progresa,
él sabrá lo que nos cuecen,
que nos sirven por sorpresa.

Con su gorra de macarra,
con la visera al revés,
este poema te narra
como culea el que ves.


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